miércoles, 20 de noviembre de 2019

Maíz BT

El maíz BT es el cultivo transgénico más extendido en el mundo. Es el único transgénico cuyo cultivo está actualmente permitido en la Unión Europea, siendo España el principal productor de la zona. A nivel mundial, el mayor productor es Estados Unidos, quien concentra más de 50 millones de hectáreas de cultivos de este cereal modificado.


Las siglas "BT" corresponden a "Bacillus thuringiensis", una pequeña bacteria que posee la capacidad de producir una toxina que funciona como insecticida. El maíz es una planta que sufre mucho por las plagas, por lo que poseer la capacidad de producir una toxina contra ellas es muy interesante.

A principios del siglo XX, la toxina de esta bacteria ya se había descubierto, permitiendo su uso mediante aplicación de la bacteria directamente sobre la planta de maíz. En 1995, utilizando técnicas de ingeniería genética, se consiguió insertar el gen de la toxina de B. thuringiensis en la planta de maíz. Esto permite que la propia planta produzca, en tallo y polen, la toxina en cuestión. Por lo tanto, el agricultor tiene la posibilidad de controlar las plagas del maíz utilizando la ingeniería genética en vez de los insecticidas.

Entre estas plagas, la más importante a nivel europeo es la plaga del taladro del maíz europeo (Ostrinia nubinalis), un pequeño insecto conocido por arrasar con las cosechas de maíz.  Para ello, el taladro hace un agujero en el tallo de la planta y se introduce en este, poniendo sus huevos en el interior. Al nacer, las larvas se alimentan a partir del interior del tallo de la planta, provocando que acabe partiéndose. Si la planta de maíz es capaz de producir por si misma la toxina BT, las larvas la ingieren y acaban muriendo.

El consumo de maíz BT es considerado seguro, pues la toxina BT es inocua para seres humanos. Sin embargo, en la UE el consumo humano está prohibido, usándose el cereal solo en piensos animales. Además, en varios países como Austria y Francia, el cultivo de este cereal es rechazado y esta prohibido, debido a la poca información que se tiene acerca de cómo afectan los cultivos transgénicos a la biodiversidad y por miedo a la aparición de poblaciones de insectos resistentes a la toxina.

BIBLIOGRAFÍA




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