Si recordáis, hace no mucho
realizamos un post acerca de la legislación europea en el campo de los transgénicos.
La legislación europea es un poco restrictiva comparada la de otros países, cuya
legislación vamos a exponeros a continuación.
Estados
Unidos tiene una legislación bastante diferente a la europea. Para los
alimentos transgénicos derivados de plantas, las agencias encargadas de la
regulación son la FDA, la USDA y la EPA: la FDA se encarga de que estos
alimentos sigan el mismo marco legislativo que se aplica a los demás alimentos;
la USDA vela por la seguridad, el bienestar y el valor de los recursos
agrícolas a partir de los cuales se producen los alimentos transgénicos; y la
EPA se encarga de regular los cultivos transgénicos que contienen algún
producto pesticida en su ADN.
La
FDA utiliza análisis de seguridad para comprobar que el alimento transgénico
que quiera aprobarse es seguro. Se realiza un acto de consulta con el
desarrollador del alimento para determinar si este será regulado como caso
especial. En esta consulta, el desarrollador realiza un análisis de seguridad
para analizar el alimento, envía un informe a la FDA y si esta da el visto
bueno, el alimento puede entrar al mercado.
En cuanto a alimentos
transgénicos derivados de animales, estos vienen regulados bajo el acto federal
sobre alimentos, fármacos y cosméticos y el CMV GFI #187. En este campo hay varias especies animales modificadas
genéticamente aprobadas para el consumo humano, como el salmón AquaAdvantage.
Hay otros muchos alimentos
transgénicos aprobados en EUA, lo que muestra la simplicidad y efectividad de
su sistema legislativo.
En Australia, la legislación está a medio
camino entre la legislación estadounidense y la europea: de vez en cuando se
aprueban alimentos transgénicos, pero los análisis de seguridad son algo más
duros que los de la FDA. La regulación de alimentos transgénicos es llevada por
la FSANZ, cuyo marco legislativo afecta también a Nueva Zelanda.
El
análisis de seguridad de la FSANZ se basa en la identificación de peligros
derivados de la modificación genética, la identificación de peligros asociados
al uso del alimento, y la determinación de las condiciones correctas de uso
para permitir un uso seguro del alimento. Este análisis, además, analiza los
alimentos caso por caso y realiza comparaciones con alimentos convencionales
con estándares de seguridad aceptados.
El año pasado, salió la noticia
de que en Australia y Nueva Zelanda había sido aprobado el arroz dorado,
ejemplo de uno de los muchos transgénicos aprobados en ambos países.
Por
último, el caso de China es bastante interesante. Allí, los alimentos
transgénicos se encuentran regulados principalmente por el Ministerio Chino de
Agricultura (MoA).
La regulación del MoA se centra
especialmente en la seguridad en la producción primaria de alimentos
transgénicos, pero hay una falta clara de regulación en cuanto a protección del
consumidor. El Ministerio Chino de Salud (MoH) planteó un reglamento para la
protección de los consumidores en 2002, que fue derogado en 2007, lo que
resultó en una laguna legal en la regulación de los alimentos transgénicos. En
2015 se creó un reglamento para el correcto etiquetado de estos productos, con
el fin de proteger al consumidor.
En cuanto a análisis de
seguridad, en 2009 se introdujo una ley de seguridad alimentaria para
establecer diversos análisis de seguridad y de monitorización de riesgos. Los
alimentos transgénicos tienen análisis de seguridad preestablecidos desde 2001.
Expuestos
estos ejemplos, cabe destacar también la existencia de otros países donde la
legislación en alimentos transgénicos es más dura, llegando incluso a prohibir
su comercialización. Uno de estos países es Rusia, dónde los alimentos
transgénicos se encuentran totalmente prohibidos desde 2017.
Queda claro que, en otros países
donde no hay prohibiciones, la regulación no dista mucho de la regulación
europea. Sin embargo, en estos sí llegan a aceptarse alimentos transgénicos
para consumo humano.
Bibliografía
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