miércoles, 18 de diciembre de 2019

Noticias sensacionalistas, ¿Por qué surgen?

El panorama social y legislativo referente a los organismos transgénicos se caracteriza por un intenso debate sobre su seguridad e impacto medioambiental, el cual está desgraciadamente inclinado hacia el bando contrario a esta tecnología. Esta desigualdad de opiniones viene influenciada por la publicación en medios de comunicación de noticias sensacionalistas o alarmistas sobre los “supuestos” peligros de los organismos transgénicos. Hoy hablaremos de las principales razones por las que aparecen este tipo de noticias y la realidad que hay detrás de las prohibiciones de los alimentos transgénicos para el consumo humano. En este post pueden haber imágenes que hieran la sensibilidad.

A pesar de que la UE nunca se ha mostrado en contra de los cultivos transgénicos, son poco más de 2 cultivos los que se han aprobado. Las prohibiciones de este tipo de cultivos no tienen una base científica, ya que muchas de las variedades han pasados rigurosos controles de calidad y seguridad y han sido certificadas por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), por lo que sólo responde a intereses políticos o ideológicos. Muchos países europeos se acogen a la la normativa europea sobre OMGs, por la cual se pueden establecer prohibiciones hacia un cultivo sin justificación científica. No obstante, la UE si que permite la importación de alimentos transgénicos y el uso de estos cultivos como materia prima para el pienso animal, por lo que es muy probable que cualquier europeo haya probado los transgénicos indirectamente. Esta normativa de 2015 entró en vigor por la presión de los lobbies anti-transgénicos.


Estos grupos de presión están formados por diferentes organizaciones como la archiconocida Greenpeace y otras con gran capacidad de acción internacional como WWF, Amigos de la Tierra o Ecologistas en Acción. Las campañas promovidas por estas organizaciones alertan sobre la peligrosidad de los transgénicos, las cuales son muy mediáticas y consiguen infundir miedo en la sociedad en relación con el tema de los OMG. Estas campañas se basan en estudios como los del profesor de biología molecular de la Universidad de Caen (Francia) Gilles-Eric Séralini, el cual publicó un artículo en el que se advirtió de variaciones en hígado, riñones y células sanguíneas de ratas alimentadas con una variedad de maíz transgénico. Séralini no realizó experimentos propios ya que solo analizó los datos aportados por la compañía Monsanto (productora de esa variedad de transgénicos) para aprobar la venta del cultivo. La conclusión de la EFSA fue que el trabajo contenía errores de análisis estadístico y lo rechazó. Cabe destacar que la financiación de este estudio la consiguió de Greenpeace Alemania.

Sin duda el artículo que más impacto causó a nivel social fue el que publicó en 2012, tras conseguir financiación de la organización Sustainable Food Alliance (SFA), cuyo director ha mostrado su rechazo hacia los transgénicos. El artículo proponía que los roedores que consumían una variedad de maíz transgénico resistente a un herbicida elevaban su probabilidad de generar tumores, y estaba acompañado de fotografías de ratas con tumores del tamaño de pelotas de golf. Tras revisar los datos aportados se determinó que ni la metodología, ni la variedad de ratas era la correcta para realizar ese tipo de estudio, además de que Séralini y su equipo manipularon las estadísticas para conseguir los datos que buscaban. Es por esto por lo que el artículo fue retirado un año después de la revista Food and Chemical Toxicology.


Todos los estudios que advierten de que la consumición de transgénicos está relacionada con el desarrollo de cáncer han sido invalidados por la OMS, la Academia de Ciencias de Estados Unidos, la Royal Society del Reino Unido y la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), entre otras reconocidas asociaciones científicas. A parte de este argumento, se están conociendo casos que desacreditan más todavía la reputación de estas organizaciones contrarias a esta tecnología. El caso más descarado sin duda es el de Francia, puesto que el ex primer ministro François Fillon confirmó haber llegado a un pacto con los ecologistas de Greenpeace de mantener una lucha activa contra los transgénicos a cambio de que los ecologistas hicieran la vista gorda con las centrales nucleares instaladas en territorio francés. 

Queda claro que el miedo y desconfianza hacia el tema de los OMG proviene de noticias sensacionalistas y campañas de organizaciones que surgen de la falta de información. El problema es que en un principio se presentan unos supuestos riesgos o efectos adversos, fruto de una inadecuada descripción y clasificación del riesgo. Es en ese momento cuando la industria y el gobierno evitan este tema para llamar lo menos posible la atención de la opinión pública y crear debate, por lo que el esfuerzo de la comunicación del riesgo es nulo. Esta situación es la que han aprovechado los grupos ecologistas para ganarse la confianza de la opinión pública y los medios de comunicación, mediante la presentación a la sociedad de los posibles riesgos asociados a la biotecnología.


Cabe destacar que son muchos los científicos que están actuando contra las organizaciones y grupos de presión contrarias a los avances de la biotecnología. El caso más destacado de movilización de la comunidad científica fue la carta abierta firmada por 109 premios Nobel en la que se acusaba a la organización Greenpeace de “crimen contra la humanidad” por su rechazo a los organismos modificados genéticamente en general y el arroz dorado en particular. 

La conclusión clara que se puede extraer de todo esto es que el rechazo actual hacia la aplicación de la biotecnología hacia la obtención y desarrollo de organismos transgénicos que pueden ayudar a la sociedad a alcanzar la sostenibilidad es la desinformación, tanto de los organismos gubernamentales como de las asociaciones ecologistas que deberían atender a las posibilidades que ofrecen los cultivos y animales transgénicos para la humanidad y el medio ambiente. 

Bibliografía

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