sábado, 21 de diciembre de 2019

Cerdos modificados con CRISPR

Los cerdos (Sus scrofa) llevan siendo utilizados en investigación y medicina desde la antigüedad, tanto por su parecido fisiológico con el ser humano (óptimo para el trasplante de válvulas y ciertos tejidos) a investigación básica (medicamentos, toxicología). En 2012, su genoma fue completamente secuenciado.
Su relación del CRISPR ha dado ya lugar a varios resultados. Hace unos años, se consiguió eliminar de su genoma un retrovirus endógeno: PERV. También se están haciendo pruebas con órganos de cerdos editados con CRISPR para que tengan tejidos más parecidos a los humanos, para su futuro uso en trasplantes. Esta idea también se está probando aún en monos.


También se están haciendo investigaciones para mejorar su calidad nutritiva. En 2017, se desarrolló una técnica para producir cerdos menos grasos, serían los cerdos UCP1 KI. La proteína UCP1 es responsable de la termogénesis sin temblor y termorregulación, además del control del nivel adiposo. Los cerdos no tienen un gen funcional de esta proteína, por lo que son más sensibles al frío y tienden a acumular grasa para resistir contra él. 



Mediante la técnica CRISPR/Cas9, se insertó una adiponectina funcional en el locus UCP1 endógeno porcino. Los cerdos con esta modificación knock-in UCP1 mostraron una mejor termorregulación y resistencia al frío agudo, y se redujo su tejido adiposo blanco o grasa, mientras que aumentó su porcentaje de carne magra. Además, esto mejoró el bienestar de los cerdos y sería más económico para los ganaderos. 

En conclusión, al ser un animal tan empleado tanto en investigación como en alimentación, es probable que los cerdos aparezcan en un futuro en más publicaciones relacionadas con la edición genética y los transgénicos.

Bibliografía



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