domingo, 12 de enero de 2020

Analizando encuestas 2 ¿Cuánto se sabe realmente de los transgénicos?

Anteriormente, realizamos un post analizando las respuestas que nos distéis a las preguntas de la encuesta 1. En este post, analizaremos los resultados de la encuesta 2.
La encuesta 2 se abrió el día 13 de noviembre, y desde entonces hasta el día 10 de diciembre, se recibieron 245 respuestas. El número de respuestas es bastante menor al de la primera encuesta, pero es una población más que suficiente con la que trabajar.
ENCUESTA 2
La población tipo de esta encuesta fue la misma que para la anterior: jóvenes de entre 17 y 25 años. También destaca el porcentaje de población perteneciente al rango de edades de entre 41 y 60 años.


En cuanto a los estudios de los encuestados, la mayoría tenían o estaban cursando estudios universitarios, de entre los cuales la mitad tienen relación con el campo de las ciencias experimentales. 



Por otro lado, hasta un 62% de los encuestados nos afirmaron que leían de vez en cuando noticias de ámbito científico. La mayor fuente de lectura, como se ve en la segunda gráfica, proviene de la divulgación científica. Muy de cerca le siguen los artículos científicos y la prensa general. Las revistas especializadas son la fuente de lectura menos utilizada, probablemente al ser la fuente más difícil de acceder.
A continuación, se presenta una pregunta clave: se preguntó a los encuestados su opinión sobre los transgénicos. Un 53% opina que estos son buenos, frente al 9,5% que opina que son malos y un 34,3% que dice necesitar más información. Esto implica que 1/3 de nuestra población no está bien informada sobre el tema.

Sobre la pregunta anterior, se realizaron unos desgloses para poder relacionar la opinión sobre los transgénicos con (1) la edad del encuestado, (2) los estudios del encuestado y (3) la fuente de lectura del encuestado que lee. Se puede ver como, conforme aumenta la edad del encuestado, menos clara se tiene la percepción sobre los transgénicos y más aumenta la visión negativa sobre ellos. También se observa que, a mayor nivel de estudios, mayor es la aceptación de los transgénicos frente a la falta de información. Por último, la conclusión que se puede sacar del tercer desglose es que la gente que lee está informada, y su opinión sobre los transgénicos es positiva.






Después de preguntar por la opinión, preguntamos por la intención del encuestado a comer alimentos transgénicos. Un porcentaje alto (73%) aseguró que no le importaría tomar alimentos transgénicos, lo cual choca con el 52% de encuestados que piensan que estos alimentos son buenos. Por otra parte, un 17% preferiría no tomarlos.
Después de esta pregunta, se proporcionó a los encuestados la definición de alimento transgénico, y se les preguntó si su opinión sobre los transgénicos había cambiado. Juntando el 52,7 % de personas que mantiene que son buenos, y el 25,3% de personas cuya opinión ha mejorado, se observa un aumento claro de personas que piensan que los alimentos transgénicos son positivos. Aún así, aún hay un 12,7% de gente que todavía piensa que los alimentos transgénicos son perjudiciales.

En relación con la pregunta anterior, se desglosó la información obtenida según la procedencia de la fuente de lectura de los encuestados. El dato más interesante es que el 35% de las personas que no leen tienen ahora una opinión más positiva sobre los alimentos transgénicos.



También se volvió a preguntar a los encuestados si estarían dispuestos a consumir alimentos transgénicos, observando un leve aumento de la población que ha contestado que sí los consumiría.


Después de esta serie de preguntas, se comentó a los encuestados acerca de la legislación de transgénicos en otros lugares: América, Oceanía... y se les preguntó sin pensaban que la legislación en Europa debía ser menos exigente. Un 53% pensaba que sí, mientras que un 19% pensaba que no debía cambiarse, y otro 19% que no debía cambiarse, pero tampoco debería ser tan estricta.


En otro orden de cosas, se volvió a preguntar a los encuestados sobre si pensaban que una serie de noticias se basaban en datos reales o no. Como se observa en el gráfico de barras, las noticias “Aprobado el primer animal transgénico para consumo humano. EEUU da luz verde a un salmón modificado genéticamente para crecer al doble de velocidad" y “Trigo con 10 veces más fibra” son las más escogidas. Destacar la disminución en el número de personas que escogieron la noticia “Porqué los cultivos transgénicos son una amenaza para los campesinos, la soberanía alimentaria, la salud y la biodiversidad en el planeta", la cual no está basada en datos reales.

Continuando con el mundo mediático, se preguntó a los encuestados sobre la visión ofrecida por los medios de comunicación acerca de los transgénicos. El 78% piensa que estos se han dedicado a dar la voz de alarma frente a dar información objetiva.


Se pasó, por último, a preguntar a los encuestados acerca de la técnica CRISPR. Primero se preguntó si estos sabían que era esta técnica, y si lo sabían, de donde habían sacado la información. Aquellos que sí sabían que era, o lo habían escuchado alguna vez, suman un 53% de los encuestados, mientras que el otro 47% no sabía que era. La mayoría de las personas que si sabían que era lo sabían gracias a la divulgación científica (44,4%) y a la literatura especializada (29,6%).


Después se puso al día a los encuestados ofreciendo un poco de información sobre CRISPR, y se les preguntó si pensaban que debía ser legislada al igual que otras técnicas utilizadas para producir alimentos transgénicos. Se observa una gran diversidad de respuestas, siendo la mayoritaria “No tengo suficiente información”. Además, se desgloso esta información según la procedencia de la información previa sobre CRISPR.




Por último, se preguntó al encuestado si piensa que la legislación actual de CRISPR debería ser revisada en pos de una regulación más justa.






Un 50,2% respondieron que sí, mientras que un 31,4% piensa que debería cambiarse, pero no sabría decir cómo. Esta información se desglosó según la procedencia de la información del encuestado y según si CRISPR debe o no debe legislarse como los transgénicos. La gente que obtiene información a partir de la divulgación científica y a partir de literatura especializada parece más a favor de revisar la legislación sobre CRISPR.

Para terminar, ¡gracias de nuevo por participar con nosotros en esta divertida aventura!












Analizando encuestas 1: ¿Cuánto se sabe realmente de los transgénicos?

Como ya sabéis, durante estos dos meses hemos publicados distintos post de temas muy variopintos: entrevistas, distintos transgénicos, os comentamos legislación y también empresas que trabajan con transgénicos. Sin embargo, hoy os traemos un post distinto. Recordando los principios de este trabajo, os pasamos dos encuestas sobre los transgénicos. 

La primera encuesta la publicamos el 6 de noviembre y tenía como objetivo conocer qué opiniones y conocimientos había sobre los transgénicos. Una semana después difundimos una segunda encuesta en la que proporcionábamos una pequeña explicación sobre los transgénicos, su legislación o nuevas tecnologías (CRISPR/Cas9, una maquinaria capaz de editar material genético que está revolucionando la transgénesis, de la que podéis saber más aquí). Cerramos ambas encuestas el 10 de diciembre, consiguiendo un total de 703 respuestas en la primera encuesta y 245 respuestas en la segunda. No sabemos qué pudo ocurrir en la segunda encuesta, pero sigue siendo una buena cantidad de respuestas. Ahora vamos a diseccionar estas encuestas para sacar alguna conclusión interesante y reírnos un poco.

ENCUESTA 1:

La población tipo de esta encuesta fue de gente de nuestra edad, entre los 17 y los 25 años y con un nivel de estudios universitario (o estudiando el grado o terminado hace poco).

También hay una gran cantidad de personas de mediana edad y con estudios más allá de los obligatorios. Dado que la encuesta se difundió por nuestras redes sociales y por WhatsApp, es lógico que lo que más contestara fuera gente de nuestra edad. En cuanto al tipo de estudios, en 2 de cada 3 universitarios los estudios pertenecían a una rama de ciencias de la salud o ciencias experimentales, por lo que podemos esperar un elevado conocimiento de los transgénicos.

Una gran parte de los encuestados (66%) lee noticias del ámbito científico, que se desglosan como veis en la gráfica de abajo, siendo la mayoría de lecturas artículos científicos como tal, que son seguidos muy de cerca por la divulgación científica. 

Un concepto que nos parecía interesante es qué tipo de producto le viene a la gente a la cabeza cuando aparece la palabra transgénico en una conversación. Por ello realizamos la pregunta que veis aquí debajo.
Podemos ver cómo una gran mayoría de los encuestados se ha decantado por “Alimento para consumo humano de origen vegetal”. Los transgénicos más conocidos son vegetales (arroz dorado, maíz Bt), por lo que tiene mucho sentido que esta respuesta sea la más escogida. Sin embargo, como ya os hemos explicado en posts anteriores, un transgénico puede ser un vegetal (soja RR), un animal (Salmón AquaAdvantage), puede ser para consumo animal si se utiliza en pienso o puede ser también un producto farmacéutico aunque no lo parezca (la insulina). Se pueden considerar algunos de los componentes de los detergentes como “transgénicos” si nos ponemos tremendamente exquisitos, pero mejor lo obviaremos. Solamente un 6,1% de los encuestados no asocia la palabra transgénico a ninguno de esos términos, lo cual es reconfortante. Lo peor para cualquier término científico es que no se conozca y, para bien o para mal, casi todo el mundo asocia “transgénico” a algo, y eso es porque le suena.


Aquí vemos un desglose de a qué se asocia la palabra transgénico en función de si se lee o no literatura científica y dónde se lee esta última. En puridad, se ve como cuanto más general es el medio del que se recibe la información, más se asocia a los transgénicos con las plantas. Lo que cambia en función de la lectura o no y de su procedencia es la relación dentro de la pareja Producto vegetal para humanos-Producto para animales, en la que se lleva más votos “Producto vegetal para humanos”, pero cuanto menos se lee, mayor es la diferencia. También hicimos un desglose en función del nivel de estudios, pero la diferencia no fue significativa. El trío de respuestas finales (Producto cosmético-Producto de limpieza-Ns/Nc), que son las más incorrectas, alcanzaron porcentajes en torno al 10%.

Aquí tenemos una de las preguntas clave de la encuesta, la opinión sobre los transgénicos. Casi la mitad de los encuestados os declaráis a favor de los transgénicos, pero prefiero centrarme en ese 31% que cree que necesita más información. Nos alegra saber que hay gente que es lo suficientemente crítica como para saber que no tiene la suficiente información como para formarse una opinión. Sin embargo, habrá respuestas en las que veremos como parte de este sector se posiciona. 


En esta gráfica podemos ver un desglose de la opinión sobre los transgénicos en función de la fuente de información. Respecto a la gente que opina que son buenos, vemos como el mayor porcentaje se encuentra en los que leen revistas especializadas frente a Internet o la prensa general, donde el porcentaje de personas que creen que son buenos se encuentra por debajo de la media global y se observa una gran cantidad de gente que cree que necesita más información. 

Aquí vemos como la llegada de información se produce mayoritariamente desde Internet, mientras que el resto de canales presentan un peso similar. Juntando las dos últimas figuras podemos deducir por qué existe una gran parte de los encuestados creen que necesitan más información. 
En cuanto a la definición de transgénico, la mayoría de los encuestados contestaron la respuesta correcta.

Vemos que la alteración de la biodiversidad es la opción más escogida como posibles efectos perjudiciales de los transgénicos. Un importante porcentaje de personas consideran que los transgénicos no tienen efectos perjudiciales. Como os hemos explicado a lo largo de estos 2 meses, los transgénicos son completamente seguros tanto para nosotros como para el medio ambiente.


Estas gráficas nos relacionan la opinión que se tiene sobre los transgénicos con los posibles efectos perjudiciales que puedan tener. Destacar cómo las personas que consideran que los transgénicos son malos presentan un muy elevado porcentaje de gente que opina que pueden provocar cáncer o enfermedades, lo cual es completamente falso. Se observa también el elevado porcentaje de gente que cree que no tienen efectos perjudiciales entre los que opinan que los transgénicos son buenos.
En la pregunta sobre los efectos beneficiosos de los transgénicos encontramos que hay una gran diferencia de opinión en esta pregunta, la opción “Mejoran el rendimiento y la calidad de los cultivos” cuenta con la elección de 555 personas, mientras que la segunda opción más elegida es “Pueden mejorar la salud del consumidor” con 194 personas, muy alejada de la anterior. En este caso la opción minoritaria es “Ninguno”. Destacar también una comparación entre las preguntas de los efectos perjudiciales y beneficiosos. En estas podemos ver que la gente que opina que los transgénicos no presentan efectos beneficiosos es 3 veces menor que los que creen que no tienen efectos perjudiciales (53 vs 154), lo cual muestra que nuestros encuestados se inclinan a tener opiniones positivas sobre los transgénicos, posiblemente porque la población de encuestados sea mayoritariamente gente con estudios universitarios del ámbito científico.
Llegamos a mi pregunta favorita. En esta, presentamos una lista con distintos alimentos transgénicos, algunos inventados y algunos reales. El alimento más identificado es el “Maíz BT”, con un 46%, seguido por el “Arroz dorado” escogida por un 43%, ambos transgénicos existentes. En tercer lugar, aparece el Tomate E-432 (254 personas), el cual es un transgénico inventado. Quisimos incluirlo porque el E-432 es un aditivo alimentario y estamos acostumbrados a escucharlo, por lo que es más posible que en una noticia falsa o alarmista incluyan transgénicos de este tipo antes que la soja RR (227 respuestas) o el arroz rico en hierro (158 respuestas), que son los otros dos transgénicos reales de la encuesta. A la cola encontramos el “Vino antociano” y el “Fuet con fuetina”, que son alimentos completamente inventados, pero que se nota a la legua que lo son. Sin embargo, la patata High Quality fue bastante escogida. Destacar que casi un 20% de los encuestados no reconoció ningún transgénico de la lista. Si indagamos un poco más en esta pregunta, atendemos a esta gráfica de debajo, que nos separa la elección de transgénicos en función del nivel de estudios.


Podemos ver la gran diferencia de elección del "Vino Antociano" entre la gente con estudios básicos y el resto. Es posible que esto sea porque se dice y bendice los componentes del vino, las antocianinas, diciendo que son antioxidantes y que pueden prevenir el cáncer (lo cual es cierto, pero no como nos lo venden. Si queréis saber más, podéis entrar en esta entrevista a Fabián Guillén, profesor de la UMH. Podemos ver cómo el arroz dorado y el maíz BT destacan por encima de la media en los estudiantes universitarios, pegando un bajón en la gente con estudios básicos. En la gente con estudios básicos destaca también la opción "Ninguno", mostrando como estos temas se tratan más avanzado el sistema educativo.

Si entramos a separar estas elecciones en función de la proveniencia de la información, obtenemos la gráfica inferior.


Podemos ver como el porcentaje de gente a la que no le suena ningún transgénico es mucho más pequeña en la gente que lee "Revistas especializadas" que en el resto, como es lógico. Destacar la bajada general que aparece en los encuestados cuya fuente principal de información es Internet.

En cuanto a la opinión sobre las noticias, podemos ver cómo las opciones menos escogidas fueron las noticias menos veraces de manera general. Destacar que un número considerable de encuestados (200 personas) cree que la noticia con el titular "Porqué los cultivos transgénicos son una amenaza para los campesinos, la soberanía alimentaria, la salud y la biodiversidad en el planeta" es cierta, cuando eso no está ni cerca de la verdad.
Me gustaría poner este gráfico, el cual nos relaciona las noticias que los encuestados creen con base científica frente a las fuentes de información. Podemos ver como las noticias alarmistas y falsas (de color naranja y rosa) aumentan en la gente que tiene la prensa general como fuente de información, lo cual puede indicar una tendencia de la prensa frente a los transgénicos que no le hace ningún bien a nadie. También se ve la bajada en la elección del arroz dorado (azul oscuro) como real, lo cual se relaciona con los boicots continuados de grupos ecologistas como Greenpeace.

Si queréis enteraros de cómo cambia la opinión cuando la gente recibe información veraz, entrad en el post de la segunda encuesta.

sábado, 11 de enero de 2020

Desmintiendo a Greenpeace 3: Medioambiente, ecologismo y transgénicos, una relación complicada.

Por fin termina esta incursión en la página de Greenpeace. No sé si los habréis leído todos (aunque deberíais, han costado lo suyo). Hoy vamos a comentar entradas más variopintas y de hace algunos años, pero nunca está de más echarle un vistazo al pasado.

¿Pueden los productos provenientes de Agricultura Ecológica contener transgénicos? ¿Cómo puedo obtener más información sobre la Agricultura Ecológica? (2017)


Como ya comentamos en el post sobre las mentiras del maíz transgénico que se han contado, han habido estudios que se han publicado que contenían aseveraciones de contaminación con material genético transgénico. Y en ese mismo post, os contamos como se había desmentido estas afirmaciones por estudios posteriores. Además, os explicamos como el maíz transgénico tiene un mecanismo de seguridad, “un cortafuegos” para prevenir esto. Lo que ocurre es que hay genes que participan en la producción de polen que están mutados, por lo que no funcionan. Esto significa que no es posible la diseminación de polen transgénico, por lo que la única posibilidad de contaminación por transgénicos que puede sufrir una plantación es porque una persona (o en una serie de carambolas dignas de grabar un animal) coja una planta transgénica fecundada por polen no transgénico (que no natural, porque nosotros lo hemos seleccionado) y la siembre, dando lugar a una planta transgénica. A no ser que queramos perpetuar un transgénico, no se va a perpetuar.

Si te preocupas por el medio ambiente, las elecciones europeas te importan (Mayo 2019)


Este es un pequeño extracto de un post sobre las elecciones europeas en el que se mencionan los Organismos Modificados Genéticamente (OMG). Sí, obviamente no plantar organismos transgénicos reduce su impacto ambiental. ¿Con esto que conseguimos? Pues por ejemplo dejamos de aprovechar un organismo como el maíz Bt que es resistente no a herbicidas, si no a la plaga del taladro. El maíz Bt evita usar plaguicidas, pero si no se puede usar tenemos que optar por añadir esos productos químicos tan dañinos que comentan en este recorte. Y no, no es una sorpresa que haya gobiernos que junto con la industria pretendan derogar estas leyes, por la única y simple razón de que son leyes que se basan en el miedo y el desconocimiento. Países como Estados Unidos, Canadá, Argentina, Chile, Australia, Nueva Zelanda son países que no sólo permiten, si no que apoyan los transgénicos, potenciando la investigación, el avance y el bienestar.


Vamos a volver ahora un poco atrás en el tiempo (concretamente a 2010). Sin embargo, cuando organizaciones de la influencia de Greenpeace hacen declaraciones como las que estamos viendo, puede quedar una impresión equivocada en la memoria colectiva. 


Si bien es cierto que este post tiene mucho tiempo (casi una década), la tónica de las opiniones de esta organización se ha mantenido. Las bacterias que comentan, que son sintéticas y que pueden destruir el ecosistema sólo se mantienen en biorreactores muy controlados. Se han modificado para evitar que puedan crecer en ambientes que no sea un biorreactor muy controlado (esto lo hacen porque le quitan los genes para producir aminoácidos, por lo que hay que suplementarlos en el medio). 


Como vemos en esta imagen, si un organismo que es auxótrofo para la Arginina intenta crecer en un medio sin Arginina, se muere. Esto es un mecanismo de seguridad para evitar que las bacterias que crecen en un laboratorio puedan escapar. Por lo que ninguna superbacteria puede escaparse de un laboratorio y crecer en la naturaleza. 
En cuanto al salmón transgénico, ya tenemos un post en nuestro blog que desglosa este transgénico  donde podéis entrar a informaros más sobre este pez que no es el apocalipsis de la vida marina que están pintando.

Para finalizar, nos gustaría comentar una noticia que salió el 18 de diciembre del año pasado, hace apenas 3 semanas. Filipinas ha aprobado el uso del arroz dorado para consumo humano. Esto fue comentado por el divulgador científico José Miguel Mulet, el cual nos concedió una entrevista. En su Twitter, Mulet comentó lo siguiente: “Filipinas aprueba el arroz dorado. Curiosamente hace unos años campos experimentales de este mismo arroz fueron atacados por ecologistas. No hay nada que pueda parar una buena idea y la violencia no es el camino amigos de @greenpeace_esp”. A raíz de esto, nos gustaría comentar lo que ocurrió en ese ataque. En el año 2013, se produjo un ataque por parte de grupos ecologistas a una plantación de arroz dorado en Filipinas. Esto fue repudiado y condenado fuertemente por la comunidad científica (se llegó a abrir en la conocida página Change.org una propuesta para demostrar el rechazo a estos actos), pero durante los últimos años se han seguido sucediendo este tipo de ataques. 

La conclusión que podemos extraer después de estas 3 entradas es que grupos del estilo de Greenpeace han estado en una campaña constante de acoso y derribo a los productos transgénicos, cuando estos no son ni de lejos tan malos como se pintan. Esperamos que con esta trilogía de posts seáis más críticos en cuanto a las críticas alarmistas y sensacionalistas que poco o nada tienen que ver con la ciencia.

Bibliografía:

viernes, 10 de enero de 2020

Desmintiendo a Greenpeace 2: Liberación de OGM al medio ambiente.

Aquí tenemos la segunda entrada desmintiendo a Greenpeace. En esta sólo vamos a desgranar una entrada, pero creedme cuando digo que hay mucho que rascar (aunque como no queremos mataros de aburrimiento, nos hemos centrado en lo imprescindible).

¿Por qué se opone Greenpeace a la liberación de Organismos Modificados Genéticamente (OMG) al medio ambiente? (2017)


Lo primero que dice es cierto, da una definición adecuada y no excesivamente técnica de la ingeniería genética (de aquí en adelante IG). Sin embargo, la diferencia fundamental de la IG con las técnicas de mejora tradicionales no es la creación de nuevas especies, si no la mejora de especies actuales de una manera más precisa, efectiva, barata y segura. La IG nos permite introducir un gen (y por extensión una proteína y función/característica) que nosotros deseemos en un organismo (hablaremos de plantas de aquí en adelante para hacerlo más cómodo). Yo puedo coger un gen que expresa las antocianinas en la uva que les da un color oscuro y que tienen propiedades antioxidantes e introducirlo en una naranja. Esa es la base de las naranjas sanguinas. La diferencia está en que las naranjas sanguinas requirieron de años de mutaciones al azar en la naturaleza, mientras que con la IG se habría podido hacer de forma mucho más cómoda (existe un maíz transgénico en desarrollo que incrementa su contenido en antocianinas basándose en el ejemplo de la naranja sanguina).

Después, esta frase: “permite franquear las barreras entre especies para crear seres vivos nuevos que no existían en la naturaleza.” Existe una inmensa variedad de frutas, verduras, hortalizas, o cereales que son la fusión de dos especies distintas para dar una completamente nueva. El trigo, por ejemplo, es la unión de 3 variedades primitivas de las que se combinaron primero dos para dar una variedad di-híbrida que después se juntó con otra especie distinta para generar el tri-híbrido que usamos actualmente. Esto es una muestra de cómo la unión de dos especies distintas puede dar una especie completamente nueva. Con la IG, los humanos tenemos la posibilidad de realizar en uno o dos años lo que la evolución y selección artificial de los humanos primitivos han tardado en hacer 8000 años. Tenemos las herramientas para poder crear variedades nuevas (no vamos a crear al monstruo de Frankenstein ni súper-híbridos de tiburón y pulpo) que puedan proporcionarnos un salto de calidad en la gama de variedades que tenemos ahora. Además, no creo que haga falta entrar en la selección artificial de variedades de interés para nuestro consumo. Por poner un ejemplo rápido y típico, en la izquierda de la imagen podemos ver el teosinte (variedad ancestral del maíz) y en la derecha vemos la mazorca de maíz que se cultiva actualmente. ¿Creéis que son la misma especie?


Después de estas últimas declaraciones aparece una frase que de primeras nos puede sonar cierta: “Por otro lado, el uso de cultivos transgénicos es un claro atentado contra la soberanía alimentaria ya que permiten que un puñado de empresas transnacionales controlen nuestra alimentación.” Ahora vamos a ver cómo esto no es verdad. Si recordáis, en nuestro post sobre el arroz dorado, este se ideó para suplir deficiencias de vitamina A en los países del tercer mundo. Este transgénico se ideó en una universidad de Suiza bajo una única condición: su comercialización en países menos desarrollados debía estar libre de patente. Al financiarse la investigación con dinero público, se estableció como condición no tener una patente en países de África o de las zonas más pobres de Asia y dar las semillas a los agricultores completamente gratis, dándoles la posibilidad de replantar las semillas ellos sin tener que comprárselas de nuevo a los propietarios de la patente. Esto no se aplicaría a países desarrollados, en los que sí se aplicarían los derechos de patente. Sobre este tema hablamos largo y tendido con el profesor de la UMH José Manuel Pérez Pérez en esta entrevista que colgamos a principios de diciembre.

Continúan con esta reflexión: “Y, al contrario de lo que dicen, no son la solución al hambre. El hambre es un problema demasiado complejo que no se soluciona con una sola y arriesgada tecnología. Además, la inmensa mayoría de los cultivos transgénicos se utiliza para alimentar a animales para que en los países enriquecidos podamos disponer y producir carne, y otros derivados animales, barata.” Me gustaría destacar especialmente la frase en amarillo. La razón por la que la mayoría de cultivos transgénicos se utilizan para el alimento del ganado de los países occidentales es, simple y llanamente, que los proyectos ideados a mejorar la vida en países con menos recursos se han ido boicoteando sin el más mínimo rigor científico, provocando que las patentes, el conocimiento y la investigación terminen en empresas dispuestas a invertir en estas tecnologías que les revocan beneficios ya que son más baratas y más eficaces, lo que les terminará retribuyendo un mayor beneficio a largo plazo. 

Casi al final de esta entrada, hacen referencia a que dos terceras partes de los alimentos consumidos contienen maíz o soja, en gran parte transgénicos, sobre lo que comentan lo siguiente: “Estos ingredientes entran en nuestras dietas sin control alguno y sin nuestro consentimiento expreso, a pesar de que más del 60% de la ciudadanía europea rechaza estos alimentos”.  Me gustaría explicar esto. Sí, muchos de los alimentos que consumimos llevan como ingrediente maíz o soja, pero cuando es el caso se indica en la composición. No entran sin nuestro consentimiento expreso, ya que yo decido qué productos comprar, por lo que puedo realizar una búsqueda sobre la procedencia de estos alimentos. 

Además, como comentamos ayer en la primera parte de esta serie de post, existe una regulación sobre los alimentos transgénicos en la que se especifica la cantidad mínima que debe de haber de un transgénico para estar obligado por la ley para etiquetarlo debidamente (un 0,5%). Y esta, a diferencia de lo que alguien puede pensar, no es una medida laxa. Europa (más en concreto la Unión Europea) es la zona del mundo que más trabas pone a los transgénicos para su uso, comercialización o desarrollo. Apenas tenemos un producto transgénico cultivable (en España existen 100.000 hectáreas de maíz MON810, siendo el país líder entre los pocos que los cultivan) y de transgénicos para consumo humano mejor no hablamos (básicamente porque no hay). Compramos grandes cantidades de alimentos transgénicos a otras partes del mundo cuando nos negamos a producirlos porque son más rentables que los tradicionales o ecológicos (en Francia se quiso prohibir el uso de maíz transgénico para alimentar al ganado. Los ganaderos avisaron que el precio de la carne se cuadruplicaría). Y todo esto no es algo que se lleve con secretismo porque haya detrás un plan de enriquecimiento de la industria, si no porque no interesa saberlo. Si no sé lo que como, no me preocupo. Pero esa mentalidad tiene como contra el bloqueo del avance científico por miedo y desconocimiento.

jueves, 9 de enero de 2020

Desmintiendo a Greenpeace 1: No existen transgénicos ocultos.

Cuando pensamos en activismo o ecologismo, Greenpeace suele ser de las primeras palabras que nos viene a la cabeza. Esta organización, según ellos mismos se definida como “una organización ecologista y pacifista internacional, económica y políticamente independiente, que no acepta donaciones ni presiones de gobiernos, partidos políticos o empresas”. Es conocida a nivel mundial y lucha por distintas causas. Unos de sus puntos de conflicto son los transgénicos. No en vano, hace 4 años (2016) más de 100 premios Nobel de distintas modalidades (Química, Física, Medicina…) redactaron una carta a Greenpeace pidiendo que dejara de bloquear el desarrollo y la introducción de los transgénicos en general y del arroz dorado en particular. Si bien es cierto que existen temas en los que Greenpeace puede destacar por su buen hacer, los alimentos transgénicos no es uno de ellos. En estos posts vamos a navegar por la página de Greenpeace para desmentir las falacias sobre transgénicos.

Si buscas la palabra “transgénico” en la página de Greenpeace España, aparecen un total de 3 resultados relevantes que vamos a comentar a continuación. En cada titular está el link a la página de Greenpeace por si no lo veis bien en la imagen.

¿Es “almidón modificado” un ingrediente transgénico? (Año 2017)

En este comentario dicen que desde las distintas instituciones no se asume con seriedad el tema del etiquetado de transgénicos. Esto es una mentira. Lo que ocurre es que si el producto transgénico no supera el 0,5% del total del alimento no se está en la obligación de indicarlo. Esto sigue las mismas directrices que otros etiquetados como “Bajo en sal”, “Sin grasa”, “Sin lactosa”. En la industria alimentaria existen unos márgenes, unos límites de concentración a partir de los cuales se debe indicar su presencia en el alimento (en el caso de los transgénicos) o se puede indicar su ausencia (Sin grasa). Destacar que muchos productos no señalan que tienen un 0,5% o menos de transgénicos por culpa del rechazo de los consumidores. Dada la desinformación, muchos consumidores sienten un rechazo hacia los transgénicos, por lo que etiquetarlo cuando no es estrictamente necesario no supone ningún beneficio para la marca. Esta mentalidad podría invertirse si se dejara la demagogia a un lado y se informara a la población debidamente y sin alarmismo.

El pescado, las frutas y hortalizas que consumimos ¿pueden ser transgénicos? (Año 2017)

El problema que hay con estas declaraciones es que se está mintiendo al público. Cuando al final dice que “Greenpeace se opone a todas las investigaciones que se estén efectuando sin guardar las medidas de seguridad necesarias e imprescindibles…” está siendo falso. Como ya hemos comentado, Greenpeace se ha opuesto a la implantación de transgénicos en distintos países, como el hecho del arroz dorado (un producto transgénico con 20 años de estudios a sus espaldas y que se ha mejorado varias veces en pos de mejorar la calidad de vida de los países del tercer mundo), que argumentan que será el caballo de Troya de los transgénicos en el mundo al introducirse en Australia y Nueva Zelanda. Además, ya hemos comentado la carta que recibió por parte de más de 100 premios Nobel por querer frenar el avance científico al intentar bloquear la implantación de transgénicos. La comunidad científica se ha manifestado fervientemente en la seguridad, bonanza y capacidad de los transgénicos, palabras a las que esta organización ha hecho oídos sordos en multitud de ocasiones.

Mañana tendréis otra entrada en el blog con la segunda parte: Desmintiendo a Greenpeace 2: Liberación de OGM al medio ambiente.

martes, 7 de enero de 2020

Champiñones y CRISPR

Los champiñones han sonado mucho en el mundo de la Ingeniería Genética ya que son un buen candidato a ser una vacuna comestible o un alimento con fines terapéuticos.
En 2016 los champiñones fueron muy polémicos dentro del mundo científico porque se crearon unos champiñones utilizando el método de CRISPR/Cas9. El problema que existe con los champiñones es que a las pocas horas después de cortarlos empiezan a ennegrecerse y dejan de ser apetecibles para el consumidor.

 
Por lo tanto, se buscó una forma de usar la Ingeniería Genética para solucionar este problema. Yinong Yang consiguió utilizar la tecnología CRISPR/Cas9 para inactivar uno de los seis genes de la familia de genes que codifican polifenol oxidasa (PPO), que son responsables del pardeamiento (o ennegrecimiento). 

La polifenol oxidasa es una enzima que participa dentro de la ruta de pardeamiento enzimático. En este proceso se transforman los compuestos fenólicos en quinonas, que evoluciona hasta tener un color oscuro.

Al eliminar uno de los genes que participa, redujeron la actividad de la enzima en un 30%, por lo que aumentaron el tiempo que aguantaban los champiñones en buen estado tras ser cortados. 

Este champiñón es uno de los 30 organismos modificados genéticamente que han conseguido pasar el sistema de regulación del Departamento de Agricultura de EEUU (USDA). Esto ha sido posible ya que es un organismo genéticamente modificado, pero no un transgénico, ya que no ha incluido ninguna secuencia exógena de ADN, si no que solamente se modificó un poco su genoma por medio de la tecnología CRISPR/Cas9.
Como hemos visto, la legislaciónque tiene CRISPR en Europa es muy restrictiva, ya que lo legisla con la misma rigidez que a los transgénicos. En otros países como EEUU, los OGM y los transgénicos no se consideran iguales ante la ley, por lo que se permite comercializar con algunos de estos cultivos, como estos champiñones. Por lo que deberíamos replantearnos si nuestra ley debería dejar de incluir los productos de CRISPR/Cas9 dentro de la definición de transgénico.

Bibliografía: